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SANTIAGO EL MAYOR

El personaje de Santiago

Hijo de Zebedeo, hermano mayor de San juan el Evangelista y pescador del lago de Tiberíades, Santiago el Mayor fue uno de los primeros apóstoles de Cristo. Tras la Crucifixión de Jesús, Santiago comienza su labor de predicación, presuntamente en la Península Ibérica.

La cuestión de la labor de predicación de Santiago en España ha sido motivo de controversia entre los historiadores. Su presencia en la Península Ibérica no aparece relatada en ningún texto hasta el año 400, de la mano de San Jerónimo, y posteriormente hacia el año 650, en textos bizantinos. Asimismo, la leyenda de la Translatio del cuerpo del apóstol no aparece hasta la segunda mitad del siglo IX.

Santiago habría regresado posteriormente a Jerusalén, donde es decapitado hacia el año 44, bajo las órdenes del rey Herodes Agripa.

Los datos sobre la vida del apóstol Santiago son escasos : solo se le menciona 17 veces en los textos bíblicos. Desde finales del siglo XIX, algunos historiadores ponen en entredicho su labor evangelizadora en España así como la veracidad de su sepultura en Galicia.

Fue precisamente la ausencia de testimonios sobre la vida de Santiago el Mayor la que dio paso a las leyendas.

 

Los milagros de Santiago

Santiago y el mago Hermógenes

Santiago estaba predicando el Evangelio en Judea cuando el mago Hermógenes recibe por misión desviar al apóstol de su fe. El mago decide enviarle a uno de sus jóvenes acólitos, Fileto. Sin embargo, Fileto regresa convertido a la fe cristiana. Lleno de ira, Hermógenes paraliza a Fileto con su magia. Al enterarse, Santiago se apresura a liberar a Fileto gracias a un sudario milagroso. Hermógenes convoca entonces un ejército de demonios y les ordena que le entreguen a Santiago y a Fileto, pero el poder divino protege al apóstol. Santiago invierte el hechizo y es Hermógenes quién, hecho prisionero por sus propios demonios, comparece ante el apóstol. Finalmente, el mago reconoce la superioridad de su adversario y, con la ayuda de un bastón que le entrega el apóstol para protegerse de los demonios, corre a quemar sus libros de hechicería. Al final, ante el olor insoportable del humo, Hermógenes decide tirar el resto de sus obras al mar. Esta leyenda se remonta a finales del siglo III.

Saint Jacques et le magicien Hermogène
Santiago y el mago Hermógenes - Vidriera de la catedral de San Estéban en Bourges


La translatio del cuerpo de Santiago

Tras su ejecución, los discípulos de Santiago deciden trasladar su cuerpo en una barca de piedra que, guiada por una mano divina, encalla unos días después en la costa gallega. El relato de la translatio comienza a difundirse a mediados del siglo IX.

La translation
La translatio - Pintura al fresco de la iglesia de Nuestra Señora du Bourg en Rabastens©jjgelbart_acir


El descubrimiento del sepulcro de Santiago

Una noche, el ermita Pelayo recibe una señal divina que le advierte de la presencia del sepulcro de Santiago el Mayor. Casi simultáneamente, los fieles de la cercana iglesia de San Fiz de Lovio perciben un destello celeste que les indica el lugar preciso. El obispo de la diócesis, Teodomiro, al enterarse de la noticia, ordena que se realice une exploración del lugar. Así fue descubierto el sepulcro, escondido durante siglos bajo espesas zarzas que recubrían unas arcas de mármol.

El mito de la Vía Láctea

Cuenta la leyenda que una noche, Santiago se le apareció en sueños a Carlomagno, pidiéndole que con su ejército partiese hacia Galicia para descubrir y liberar su tumba de la dominación musulmana. Para ayudarle, el apóstol le mostró un camino de estrellas dibujado en el cielo. Así, el camino de Santiago se convierte en la proyección de la Vía Láctea en la tierra. Los historiadores fechan la historia de la campaña de Carlomagno en España en los años 1090-1100 y sitúan su origen en la escuela de  la catedral compostelana.

Songe de Charlemagne
Sueño de Carlomagno - Escena del sueño de Carlomagno en el área de Hastingues


La batalla de Clavijo

En el año 711, comenzó la invasión musulmana de la Península Ibérica. En el contexto de la Reconquista, el apóstol Santiago es venerado como protector de los reyes y de los españoles. Según la leyenda, en el año 844, el rey asturiano Ramiro I, justo antes de afrontar las tropas musulmanas en Clavijo, sueña con el apóstol Santiago, quién le asegura su protección. Al día siguiente, montado sobre un caballo de un blanco resplandeciente, el apóstol aparece durante la batalla y otorga la victoria a los cristianos. Para agradecerle su ayuda, el rey hace promesa de un impuesto que todos los españoles deberán pagar a la iglesia del apóstol, conocido como voto. El relato de la “batalla de Clavijo” fue escrito por un canónigo compostelano hacia el año 1170, asegurando así para su iglesia una renta periódica; la tradición de los “votos de Santiago” continúa en la actualidad cada año con la “ofrenda real”, que se realiza cada 25 de julio en Compostela.

 

Bataille de Clavijo
Batalla de Clavijo - Vidriera de la iglesia de Nuestra Señora en Vaux, en Châlons-en-Champagne©jjgelbart_acir


El milagro del peregrino ahorcado

Un padre y su hijo, de camino hacia Santiago de Compostela, deciden pasar la noche en Toulouse. El hospitalero, codicioso, aprovecha que padre e hijo están dormidos para esconder una copa de plata en sus mochilas, y les acusa de robo al día siguiente. Todas las pertenencias de los dos peregrinos son atribuidas al hospitalero, y el hijo es ahorcado. El padre decide continuar con su peregrinaje, y a su vuelta, pasa a recuperar el cuerpo de su hijo. Sin embargo, este último, sujetado por Santiago, sigue vivo. El peregrino es entonces liberado y el hospitalero ahorcado en su lugar. Aimery Picaud, en el libro V del Codex Calixtinus (siglo XII), y Jacobo de Vorágine, en su Leyenda dorada o áurea (siglo XIII), relatan esta versión. No es hasta el siglo XIV que el milagro llega a España, a Santo Domingo de la Calzada, donde se ha enraizado la tradición. La leyenda se ve aumentada de un episodio: tras haber descubierto a su hijo con vida, el peregrino corre a advertir al juez, que estaba ocupado almorzando. Este último se ríe del peregrino, diciéndole que se creería sus palabras si el pollo asado que está sobre su mesa se pone a bailar. Un nuevo milagro se produce, el pollo cobra vida. A finales del siglo XV aparece una variante de la leyenda primitiva, que sustituye al hotelero por una sirvienta despechada que tiende una trampa a un joven peregrino que viaja con sus padres. En Francia, esta última es la versión preferida.

Carto Pendu Dépendu

LAS TRES CARAS DE SANTIAGO : APÓSTOL, PEREGRINO Y GUERRERO

La imagen del Santiago apóstol, aunque menos extendida que la del peregrino, es también muy popular. Aparece representado como un apóstol más, casi anónimo. Santiago está presente en todas las series de los doce apóstoles, reconocible gracias a sus pies descalzos, a su libro, al rollo o a la espada de su martirio que sujeta con la mano, y a veces a través de una inscripción que le identifica.

St Jacques à St SerninSt Jacques Codex
En la basílica de Saint Sernin en Toulouse©jjgelbart_acirMiniatura del Codex Calixtinus


La representación más tradicional de Santiago, que aparece en el siglo XII, es la del peregrino.
Aparece vestido con un abrigo largo, un sombrero de ala ancha decorado con una concha de vieira (uno de los atributos de peregrino más recurrentes desde el siglo XII, que representa el cumplimiento del peregrinaje y recompensa la llegada a Compostela), provisto de un zurrón (una bolsa para guardar las provisiones) y de un bordón. El bordón hacía oficio de arma contra los peligros, de utensilio para alcanzar la fruta, y de apoyo para la marcha.

 

St Jacques à AudresseinSt jacques pèlerin
Detalle del pórtico de la iglesia de Nuestra Señora deTramesaygues en Audressein©jjgelbart_acirDetalle de un capitel


La imagen del guerrero, o “matamoros”,
se difunde a partir del siglo XVI. Salvo algunas excepciones, esta representación se limita al mundo hispánico: España, Hispano-América, sur de Italia, Sicilia y Cerdeña, imperio germánico. Joven guerrero a lomos de un corcel blanco, o anciano barbudo y fuerte cómodamente sentado sobre su montura, el apóstol aparece representado espada en alto, luchando contra los enemigos de la Cristiandad: los turcos (Otomanes), los herejes (protestantes) y los paganos (en el Nuevo Mundo). Santiago simboliza el combate que el creyente debe emprender por su fe.

St jacques MatamoreSt Jacques Matamore

 

Un culto popular

Las investigaciones recientes demuestran que la tumba de Santiago fue probablemente descubierta bajo el episcopado de Teodomiro, después del año 818 y antes del año 847.

La difusión del culto a Santiago

La noticia del descubrimiento de la tumba de Santiago se difundió muy rápido, a pesar de la ausencia de textos que relatasen las circunstancias del hallazgo. Para atraer por vía terrestre a un número de peregrinos cada vez mayor, el rey de Castilla crea un “camino” que sigue en mayor parte el trazado de la antigua vía romana. Concebido desde los años 1070, este itinerario aparece descrito por primera vez entre los años 1125 y 1130 (la “Guía del peregrino a Santiago de Compostela”), descripción que será copiada treinta años más tarde en el Codex Calixtinus. La importancia del peregrinaje incita a grandes monasterios extranjeros, como el de Cluny, a adquirir casas a lo largo de este “camino de los francos” o camino francés.

Entre los años 1070 y 1170, Santiago de Compostela cuenta con una nueva iglesia (con capacidad para más de 2500 personas) y con una serie de textos que fundamentan la espiritualidad y el imaginario del peregrinaje y el culto a Santiago. Entre estos textos se encuentra la “Historia Turpini” elaborada en la escuela de la catedral entre los años 1090 y 1100, que atribuye a Carlomagno el descubrimiento de la tumba del apóstol y la creación del “camino francés”; este relato, completamente ficticio, tenía como objetivo demostrar ante el papa la veracidad de la presencia del cuerpo de Santiago en Galicia. En el año 1164, el relato servirá de pretexto al emperador Federico Barbarroja para canonizar a Carlomagno.

La amplia difusión del culto a Santiago generó una veneración continua, cuyas huellas son hoy visibles con frecuencia en multitud de lugares. Sin embargo, la presencia de muestras del culto o de referencias a Santiago en un lugar determinado no implican que este fuese un centro de peregrinaje, ni tampoco que por allí pasasen peregrinos. Dichas referencias atestiguan simplemente de la devoción al popular y conocido santo, cuya imagen se extendió ampliamente en el mundo cristiano.

Abbaye de Moissac, fille de Cluny

La abadía de San Pedro de Moissac, dependencia de Cluny

©jjgelbart_acir


Un santuario de renombre

A partir del siglo X, llegan a Compostela los primeros peregrinos extranjeros. Existe muy poca información sobre este tema, pero sí disponemos de una referencia segura: el primer peregrino extranjero conocido fue Godescalc, obispo del Puy-en-Velay. Entre los años 950 y 951, Godescalc peregrina a Santiago de Compostela a caballo, acompañado de un numeroso séquito. A su regreso, el obispo ordena la construcción de la iglesia de San Miguel de Aiguilhe, consagrada en 962. Atención, hay que tener en cuenta que aunque Godescalc fue el primer peregrino extranjero conocido que viajó hasta Compostela, probablemente no haya sido el primer peregrino extranjero que visitó la tumba del apóstol. Efectivamente, puede que los nombres de otros peregrinos extranjeros anteriores a Godescalc se hayan perdido en los meandros de la Historia…

 

St Michel Aiguilhe
Saint Michel Aiguilhe©jjgelbart_acir


Un santo muy venerado

Fue tal la popularidad de Santiago que se multiplicaron las iglesias y capillas en su honor por toda Europa. Pero no todas ellas eran altos para los peregrinos en su camino hacia Compostela, ¡como a menudo se cree!, sino miles de huellas que atestiguan la devoción del pueblo, que decide ponerse bajo la protección de este “hijo del trueno”. Cofradías, estatuas, pinturas, vidrieras, recuerdan la vida y los milagros del santo. Su culto llega luego a las Américas de la mano de los conquistadores. Santiago aparece así como santo protector de España, pero también de Nicaragua y de Guatemala.

 

Considerado como poderoso intercesor y gran taumaturgo, en la Edad Media Santiago es además el patrón de los peregrinos. Capaz de curar numerosos males, sobre todo espirituales, también se invoca a menudo su protección, ya sea ante un peligro que se avecina o antes de realizar un viaje. Por extensión, y dado que el peregrinaje es, en la época medieval, una prefiguración de la Salvación y un símbolo del viaje de la vida terrenal hacia la vida celestial, Santiago es también venerado por la ayuda que puede aportar en el momento de la muerte. Se convierte así en el guía a seguir en los caminos del último gran peregrinaje que lleva al Paraíso.

 

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©apha

El “patrimonio jacobeo”

 La noción de patrimonio jacobeo es un tanto artificial. Designa todo aquello que está relacionado con la devoción a Santiago o con el peregrinaje hacia Santiago de Compostela.

 ¿Qué es “patrimonio jacobeo”?

  • Patrimonio material relacionado con los caminos de peregrinaje: establecimientos religiosos o de acogida donde se proporcionaban cuidados, oración, auxilio, etc.
  • Patrimonio material relacionado con la espiritualidad y la devoción a Santiago: lugares o monumentos dedicados a Santiago (capillas, iglesias, hospitales, barrios, etc.), representaciones del santo y de sus milagros (cuadros, vidrieras, estatuas, ornamento arquitectural, etc.). ¡Pero cuidado! La presencia de estos signos de devoción no significa que el lugar donde se encuentran forme parte del “camino de Santiago”.
  • Patrimonio material de decoración: cierres de puerta, conchas de vieira esculpidas, armarios, etc.
  • Patrimonio inmaterial: testimonios de peregrinos, compostela, últimas voluntades y testamentos, cofradías, ritos, leyendas y literatura oral, acogida y hospitalidad.
  • Obras de creación contemporánea, fuente del patrimonio del futuro: pasteles en forma de concha de vieira, obras de arte inspiradas en los caminos de peregrinaje, en la búsqueda, etc.

 

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 Capitel de la abadía de Fontcaude©amisabbayedefontcaudeCierre de puerta

¿Qué no es “patrimonio jacobeo”?

  • Que un patrimonio, de la naturaleza que sea, esté situado en un camino hacia Compostela, no significa que deba ser identificado inmediatamente como “patrimonio jacobeo”. Cruces, puentes, hospitales y abadías, lavaderos, hornos, etc. eran sin duda utilizados por los peregrinos, pero no estaban reservados a su uso exclusivo, sino que respondían a las necesidades inmediatas de los habitantes. A veces los donantes han querido hacer una obra de caridad y han manifestado que las construcciones se crearon para aportar ayuda a los “pobres peregrinos que pasan”. A pesar de ello, no se trata de “patrimonio jacobeo”.
  • Los tesoros de las reliquias, de orfebrería o las obras de arte que los peregrinos podían admirar aprovechando su paso y con motivo de su devoción en los diversos santuarios tampoco son “patrimonio jacobeo”. Se trata de patrimonio religioso.

Las reliquias

En la Edad Media, las reliquias tenían una función primordial en el peregrinaje. Era una época en la que la medicina fallaba y el único auxilio era el que Dios proveía. La preocupación por la Salvación después de la muerte orientaba la totalidad de la existencia. Las reliquias prolongaban en este mundo la influencia benéfica de los santos, amigos e intercesores de la Humanidad ante Dios.

Era gracias a las reliquias, acercándose a ellas, tocándolas o venerándolas, que los peregrinos podían obtener la gracia por la que se habían puesto en camino. Y cuantas más reliquias visitaban, más aumentaban sus posibilidades de ganar los favores celestiales.

 

Reliquaire A de CharlemagneReliquaire ConquesReliquaire Moissac
Relicario A de Carlomagno, Tesoro de Conques©jjgelbart_acirRelicario, Tesoro de Conques©jjgelbart_acirRelicario, Moissac©jjgelbart_acir

La devoción a las reliquias aseguraba la prosperidad de los santuarios, que beneficiaban de las ofrendas de los numerosos peregrinos. Además, el derecho canónico estipulaba que una iglesia o un altar dedicados a un santo debían poseer alguna reliquia. Así, aunque la forma más sencilla de obtener alguna reliquia terminó siendo traerlas directamente de Roma, reserva inagotable de cuerpos santos, las reliquias podían ser objeto de transacciones, tráfico y robos, como cualquier otro objeto con posibilidades lucrativas.

La Edad Media permitió un abundante comercio de reliquias, de modo que existirían 10 cráneos de san Juan Bautista, 18 brazos del apóstol Santiago, o una veintena de esqueletos de san Jorge. La mentalidad medieval no prestaba atención a estas incoherencias, puesto que la multiplicidad de reliquias respondía a una necesidad real.

 

Reliquaire de saint Jacques AsquinsReliquaire NeuvyReliquaire Saint Sernin Toulouse
Relicario de Santiago, Asquins©jjgelbart_acirRelicario, Neuvy-Saint-Sépulchre©jjgelbart_acirRelicario, Toulouse©jjgelbart_acir